viernes, 8 de enero de 2016

Desde el principio


Ya sufrimos. Cada uno a su manera. Cada uno con un dolor que el otro no entendería. Decidimos volver, no por resignación o por miedo a estar solos. En mí caso, yo volví porque sentí que estuve a punto de perderla definitivamente. Ese miedo a no verla ni sentirla nunca más me hizo sufrir en soledad y entendí que debía construir todo de nuevo. Desde el principio. Cultivar nuevamente nuestro sentimiento y si es posible hacerlo gigante, fuerte, sin miedos ni nada que lo perjudique a futuro.

Yo quiero ser suyo. Quiero volver al mundo que un día tuvimos, donde fuimos felices y solo nos importaba vernos y estar juntos, abrazados, conversando mientras uno acariciaba al otro.
Extraño dormir con ella. A su lado. Dándole mi brazo aunque termine adormecido. No había mejor placer que mirarla en la oscuridad de la noche y sentir su respiración en mi pecho. Me gustaba engreírme y meter mi mano dentro de su pijama. Tocarla y dormirme sintiendo su cuerpo tibio.

Hubo momentos que ella se sentía fea cuando amanecíamos, pero para mí nunca lo fue. A mí me gusta como es, aunque ella muchas veces no me cree. Es testaruda. Todavía no sabe o no se da cuenta todo lo que provoca en mí o lo tonto que me pone cuando imagino cosas que quiero que vivamos.

Estamos intentando recuperar todo el tiempo que hemos desperdiciado. Estamos volviendo a vernos más seguido. Hoy vino a mi casa y me gustó lo que pasamos. Ha dejado el olor de su perfume en mi cama. Se siente rico echarse y pensar que hace algunas horas ella estuvo aquí conmigo, besándome, sintiéndose mujer. Ahogando nuestro deseo en besos largos y respiraciones profundas. No existe mejor placer que sentirme adentro suyo intentando calmar mis ganas de retenerla, de pedirle que no se vaya, que comparta su vida conmigo, que me permita hacerla feliz.


Me gusta sentirme nuevamente enamorado. Sobre todo me gusta que sea Alejandra quien otra vez haya aparecido en mi vida para hacerme sentir lo que es el amor. Quiero ser su comienzo y su final. Quiero sorprenderla y que ella me sorprenda a mí. Como hoy, cuando quiso hacerse la cocinera y agarró la tapa de una olla para freír un filete de pollo. Es tan tierna. Conociendo sus limitaciones se esfuerza para que yo la vea y me enamore un poquito más. Vale completamente la pena cada minuto a su lado.  Presiento que este amor nos tiene muchas sorpresas preparadas. Ella y yo lo merecemos, merecemos ser felices de verdad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario