domingo, 15 de enero de 2012

A pesar de todo

Yo sé que el primer mes siempre es especial, por eso quise regalarle un día especial a Ale, mi Ale; sólo que no pude, o al menos la plata no me lo permitió. Sé que esas cosas se celebran una vez en la vida, después el tiempo pasa y no deja otra cosa más que sólo recuerdos; y yo no tendría un buen recuerdo de ese día a no ser por lo que hizo ella.


Quince de Marzo, aún lo recuerdo bien. Esa fecha quedó grabada porque sentí que fui muy frío con Ale. Le fallé sin querer. Quizá ella esperaba que yo la sorprendiese como cualquier novio sorprendería a su enamorada en su primer mes de aniversario, pero yo fui incapaz de hacerlo. Me culpo por eso.
Días atrás había gastado toda mi plata comprando el regalo de su cumpleaños y no tenía ni un sol para comprarle algo bonito, ni siquiera tenía para mi pasaje. Me resigné en ir a verla con las manos vacías. No tuve otra cosa para darle más que mi amor.

A esta edad es un fastidio ser un estudiante dependiente. Uno depende del dinero que sus padres le dan, y a mí no me daban mucho que digamos, me daban medido, lo justito. Pensé que ella entendería y que no le importaría que yo llegue así, sin nada. Me centré tanto en su cumpleaños que descuidé nuestro aniversario.

Pensé en escribirle una carta pero tuve miedo de que no funcionara, ya le había dedicado mis líneas días atrás y me parecía muy tacaño de mi parte hacerle otro. Me moría de vergüenza. Me pasé el día dibujando una foto suya pero no me salía. En otros tiempos dibujar un rostro no me era difícil, pero la falta de continuidad me estaba traicionando y se me hacía complicado hacerlo. No pude. Gasté varias hojas y en todas fallé. Me lamenté una y mil veces. Me deprimí y pensé que ella no merecía un novio tan poco creativo como yo.

A la noche fui a su casa, fui sin nada como estaba previsto. No se me ocurrió ningún detalle para sorprenderla. Fui con mucha vergüenza, a penas llevé diez soles para mi pasaje. Mi billetera estaba más vacía que el cielo de las noches limeñas.

Me mostré  tranquilo. Le transmití alegría e intenté robarle sonrisas y hacerla feliz a pesar de todo.  Nos dábamos besitos y nos abrazábamos muy enamorados. Yo cogía su rostro y la acariciaba con ternura. Me entregué con todo el amor que le tengo.

Después su papá y su novia nos invitaron a cenar a una pollería cerca. Fuimos y al volver ellos entraron pero nosotros nos quedamos en la escalera conversando y haciéndonos cariñito. Yo acariciaba su cabello mientras hablábamos de nuestro amor.

Ella tiene algo en su mirada que me deja indefenso y muy enamorado. Cuando me dice que me quiere, el cuerpo se me estremece y mi cara se deforma y pongo cara de mongolito. Estoy muy enganchado con ella.

Por ese entonces perdíamos el tiempo juntos. Esa noche comprendí que Ale llegó a mi vida sin que yo la haya esperado. Un día se le antojó ser parte de mi vida y yo cedí a su capricho, le abrí el corazón para que se quedara. No había opción, tenía que pasar. Lo nuestro no  fue parte del azar ni del destino, fue producto del amor, de la atracción física que hubo desde el principio. Se lo dije esa noche. Le dije todo lo que sentía, todo lo que su amor provocaba en mí.

Antes de irme, Ale se mostró indecisa, como inquieta por hacer algo. No quise decirle nada para no arruinar la noche, pero justo antes de despedirnos, ella me dijo que la esperara un ratito, que tenía algo para mí. Yo me quedé frío, no me esperaba nada. Cuando volvió lo hizo con un sobre blanco, decidí no abrirlo en ese momento porque sabía que me iba poner a llorar, yo me conozco, soy muy llorón, y no quería hacerlo delante de ella. Es que muy pocas veces en la vida he recibido detalles de amor. Tengo recuerdos vanos y débiles, casi nulos, es por eso que soy medio sensible en ese aspecto.  

Quizá Ale esperaba alguna reacción mía, pero lo único que hice fue abrazarla fuerte y agradecerle el detalle. Me disculpé porque yo no había llevado nada para darle. Nuestra  despedida, como siempre, se hizo eterna, casi imposible. No queríamos separarnos, si por nosotros fuera ya viviríamos juntos, pero como bien dicen “que del amor no se vive”, entonces procuramos ser pacientes y no desesperarnos por tener una vida juntos. Si nos amamos tanto como decimos, entonces ese instante llegará solito, de momento sólo nos importa cuidar nuestro amor, es lo único que puede hacer que todo lo que tenemos en mente se realice.   

Al irme - ya en la calle - abrí el sobre porque me moría por saber qué había escrito Ale. Empecé a caminar leyendo su contenido y en él decía: “De repente no soy tan expresiva, pero créeme,  todo lo que demuestro y siento es sincero. Estoy enamorada de ti. Cuando estoy contigo soy muy feliz y cuando no estás te extraño demasiado, pienso todo el tiempo en ti. Te quiero mucho, mi amor”.

No pude controlarme, mis ojos se humedecieron repentinamente y suspiré pensando en ella. La gente pasaba por mi lado pero a mí no me importaba, dicen que cuando uno está enamorado se olvida del resto, y a mí me pasó.  

Hoy, pasado 10 meses, no me queda otra cosa más que agradecerle por todo este tiempo juntos, porque son esos detalles los que me enamoran, los que hacen que la ame un poquito más cada día. ¡Te amo mucho a pesar de todo y gracias por estos 11 meses, mi amor!   ♥

No hay comentarios:

Publicar un comentario